La versatilidad de Doom

 La versatilidad de Doom

En el mundo de los videojuegos, Doom, un clásico shooter en primera persona que salió en 1993, se ha convertido en una especie de "estándar" no oficial para probar la versatilidad de muchos dispositivos, incluso los menos pensados. Lo sorprendente del título es que ha sido ejecutado en una cantidad impresionante de hardware, desde calculadoras científicas hasta, de forma más reciente, una prueba de embarazo digital. Esto me hizo hacerme la pregunta: ¿por qué es posible que Doom funcione en dispositivos tan alejados de los videojuegos?

Doom posee código fuente abierto

Uno de los mayores factores que ha permitido a Doom ser tan ampliamente portado, es que su código fuente fue liberado por id Software en 1997, bajo la licencia GPL. Esto dio a la comunidad de desarrolladores la oportunidad de modificar el código, ajustarlo, optimizarlo y hacer casi cualquier cosa con el para diferentes plataformas. A diferencia de muchos otros juegos de su tiempo, el acceso abierto al código permitió que Doom se convirtiera en un proyecto popular entre hackers y entusiastas.


Este código abierto, combinado con la naturaleza modular del motor de Doom, facilita su el manejo del  juego a distintos dispositivos, ya que los desarrolladores pueden personalizarlo para ajustarlo a las limitaciones específicas del hardware en el cual deseen jugar a Doom.

Requisitos mínimos del hardware

En su época, Doom fue considerado un juego con gráficos avanzados, hoy en día sus pixeles a algunos no les parecerán atractivos, pero en ese tiempo fue una bomba, pero para los estándares actuales, sus requisitos de hardware son exageradamente bajos. Esto lo hace ideal para ser portado a dispositivos con capacidades muy limitadas. Doom solo requiere unos pocos megabytes de memoria y un procesador de bastante bajo rendimiento. Muchos de los dispositivos que se utilizan para "hackear" y correr Doom son capaces de manejar estas especificaciones con bastante facilidad, incluso si no fueron diseñados originalmente para ejecutar juegos específicamente.

Por ejemplo, una prueba de embarazo electrónica suele tener un microprocesador extremadamente básico para leer y mostrar datos. Aunque su propósito no es jugar videojuegos, los componentes de la misma pueden ser reutilizados para ejecutar software muy simple, como Doom en este caso, con las modificaciones adecuadas.

Versatilidad del motor gráfico de Doom

El motor gráfico de Doom, aunque sea muy rudimentario/ tosco para los estándares actuales, es sumamente versátil. El juego no requiere gráficos 3D completos; utiliza una técnica llamada ray-casting, la cual es menos intensa en cuanto a uso de recursos. Este enfoque simplificado de gráficos hace que sea más facilita enormemente adaptar Doom a sistemas con poca capacidad de procesamiento gráfico. Doom tampoco requiere una GPU avanzada, por lo que puede ejecutarse incluso en hardware con capacidades gráficas mínimas, como calculadoras o dispositivos de visualización de bajo coste.

El desafío técnico como motivación

Además, hay un aspecto cultural en juego. Correr Doom en dispositivos extraños se ha convertido en un reto popular entre los amantes de la tecnología. Para muchas personas amantes de la sala, no se trata solo de la capacidad de jugar Doom en un dispositivo inusual, sino del desafío técnico que esto conlleva. Ya sea por diversión o por la satisfacción de superar los límites de los dispositivos y del propio juego, el hecho de correr Doom en un dispositivo como una prueba de embarazo, una calculadora,  impresora, etc. Es más una demostración de ingenio, resiliencia y habilidades de programación.


El fenómeno Doom como ícono de la cultura pop

Por último, no podemos dejar de lado el factor cultural. Doom no es solamente un juego, sino un ícono en la cultura de la tecnología y de los videojuegos. La idea de poder ejecutar juegos en dispositivos absurdamente inusuales, como una prueba de embarazo o un cajero automático, ha capturado la imaginación de la comunidad tecnológica. Esto ha llevado a una especie de "meme" en el que cualquier dispositivo con una pantalla y procesador es visto como una plataforma potencial para correr Doom.

Doom es un recordatorio fascinante de cómo la creatividad y el ingenio pueden llevar a que el software trascienda sus limitaciones originales, encontrando nuevas formas de vivir en hardware que nadie podría haber imaginado en un no tan lejano 1993.



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